Este es el nombre que recibe el fenómeno consistente en la extensión de las ciudades y la reducción de la distancia entre ciudades vecinas además de la disminución de tiempo existente en pasar de una ciudad a otra.
Este fenómeno es debido a la gran población que vive en las ciudades, el continente europeo es uno de los más urbanizados, se calcula que aproximadamente un 75% de la población vive afincada en ciudades.
En el año 2020 este porcentaje habrá subido hasta el 80% y en al menos 7 países esta cantidad de población residente en ciudades alcanzará el 90% o lo superará.
Este crecimiento de población urbana requiere de una expansión urbana que modifica el paisaje y afecta en gran medida al Medio Ambiente. Este hecho es tangible por toda Europa y en general por todos los continentes desarrolados del mundo.
En general, las ciudades tienen ciertos aspectos que benefician al Medio Ambiente en comparación con zonas de población dispersa, debido a que, son zonas pequeñas donde se concentra gran cantidad de gente y actividades, con lo cual, es posible desplazarse de un lugar a otro sin necesidad de recorrer grandes distancias, hecho que permite realizar dichos trayectos a pie o en transporte público, pero este hecho de nada sirve sin la concienciación de la población.
Entre todos se podrían conseguir ciudades con un nivel de sostenibilidad eficaz contra el cambio climático.
Sin embargo, no solo no actuamos de manera sostenible sino que día tras día aumenta nuestra exposición a la contaminación, tanto acústica como atmosférica, las restricciones de agua potable y la falta de espacios abiertos y zonas verdes.
Por lo tanto, las ciudades compactas son preferibles en el caso que la población sepa hacer uso de un nuevo estilo de vida, sino, esta potencial ventaja se puede convertir en todo lo contrario y acarrear problemas ambientales mucho más severos que en zonas de población dispersa.
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