viernes, 7 de septiembre de 2007

CONTAMINACIÓN LUMÍNICA

En otras ocasiones, se han comentado diferentes tipos de contaminación, en este caso, tratamos la contaminación de naturalea lumínica.
Se puede definir este tipo de contaminación como "la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces."

Estas emisiones de flujos lumínicos pueden adoptar diversas formas:

a) Difusión hacia el cielo (skyglow), que es la forma de contaminación lumínica consistente en la emisión de flujos luminosos que se difunden hacia el firmamento.
b) Deslumbramiento, que es la forma de contaminación lumínica consistente en la emisión de flujos luminosos que dificulten o imposibl¡iliten la visión.
c) Intrusión lumínica, que es la forma de contaminación lumínica consistente en la emisión de flujos luminosos que exceden del área donde son útiles para la actividad prevista e invaden zonas en las que no son necesarios y en las que pueden causar molestias o perjuicios.

Este tipo de contaminación produce un gasto energético totalmente desmesurado, está claro que el alumbrado exterior es un adelanto y un aumento en la calidad de vida, ahora bien, es necesario instalar un sistema de alumbrado eficiente y se hace totalmente imprescindible que esta iluminación sea la correcta para evitar el sobreconsumo sin ser necesaria tal cantidad de luz.
Se producen gastos energéticos y económicos importantes pero también existen efectos medioambientales como por ejemplo la degradación de ecosistemas nocturnos y del cielo, los efectos de la luz se dejan sentir a kilometros de su aplicación. Existen ciertas especies animales que desarrollan su actividad de forma nocturna y el exceso de iluminación interfiere en estos procesos, como por ejemplo aves nocturnas, reptiles e insectos de polinización nocturna.

Son medidas que se tienen que tomar con una cierta prudencia, no es viable tampoco, el hacer desaparecer todo elemento lumínico, sino el rentabilizar al máximo los elementos que se dispongan, consiguiendo así, un claro descenso de consumo energético y una mejora medioambiental en los paisajes nocturnos.
Una medida efectiva, puede ser, el regular el horario de máxima intensidad lumínica, reduciendo está al máximo en horarios de actividad nula y apagando las que no sean necesarias.
En el caso que se queden encendidas las luces es importante alumbrar zonas que lo precisen realmente y enfocando de arriba a abajo impidiendo que la luz se envíe directamente al cielo o por encima de la horizontal.


Fuente: Portal Sostenibilidad

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